Una de les grandes preocupaciones actuales es el cambio climático y cómo afectará a nuestros cultivos. Frente a esta gran cuestión podemos tener dos actitudes muy distintas. O somos pasivos, esperando a que el cambio nos afecte de lleno y nos adaptemos a sus consecuencias, si podemos. O bien, somos proactivos y procuramos hacer todo lo que podamos para minimizar los efectos negativos que este cambio tendrá en nuestros conreos.
Ya tenemos muestras de este cambio en la excepcionalidad de los accidentes meteorológicos que nos afectan, las temperaturas más cálidas año tras año… Será más evidente cuando podamos poner una cierta distancia y verlo con cierta perspectiva, cuantificarlo, etc. Pero mientras, nos encontramos con distintas situaciones que debemos resolver día a día y no podemos postponer.
Es el caso de las nuevas plantaciones. Cuando hay necesidad de plantear un nuevo viñedo o reconducir uno y replantar de nuevo. Es entonces cuando el método línea clave o keyline puede jugar un papel muy importante en la toma de decisiones. Cómo lo plantaremos. Qué forma tendrá.
“Aprender a diseñar y gestionar inteligentemente el paisaje agrícola, con la finalidad de aprovechar al máximo los recursos hídricos y devolver al suelo su profundidad y fertilidad, es precisamente el objetivo de la línea clave” explica Jesús Ruíz en la web www.liniaclave.org. Él es un gran conocedor y experto del Keyline desde 2007 y la persona más experimentada y veterana en este sistema y su aplicación en nuestro país.
El diseño Keyline combina la captación y la conservación del agua con técnicas de regeneración de la tierra. Es decir, aprovecha el agua que de manera natural tenemos, la distribuye de manera regular por todo el viñedo y, además, utiliza técnicas de regeneración del suelo que garantizan la supervivencia de las nuevas plantas a la vez que previene la erosión del nuevo espacio conreado. Además, el diseño del nuevo espacio contempla, normalmente, la integración de árboles, tanto para incrementar biodiversidad como por el papel que jugarán en la captación de CO2.
Con este nuevo diseño, aprendemos a mirar la agricultura de otra forma. Continuaremos teniendo la misma cantidad de agua, pero haremos que se quede en lugar de irse mediante evaporación o simplemente corriendo valle abajo. Asimismo, tendremos más plantas y más raíces. Y si lo manejamos bien, crearemos suelo, enriqueceremos el paisaje, estabilizando el clima e incrementando la rentabilidad de la auténtica agricultura.
“Desarrollar un suelo fértil y biológicamente activo, capaz de retener el agua allí donde caiga y de secuestrar enormes cantidades de CO2 atmosférico” Este es el objetivo del sistema Keyline y una posible solución a los problemas medioambientales que nos ocupan actualmente.
Jesús Ruiz lo tiene claro y así lo explica en sus formaciones y asesorías. Su base como topógrafo le ha dado la capacidad de leer la tierra. Su máster en agricultura ecológica, la visión holística. Su formación en permacultura, la capacidad de diseñar y buscar la regeneración de los suelos a través de los cultivos. Su ayuda en Mas Martinet nos ha permitido diseñar nuevas plantaciones a la altura de los nuevos retos que nos plantea el nuevo horizonte climático que se acerca.
Gracias por enseñarnos a verlo todo mucho más claro.