JAUME CIURANA

Nos encontramos con la familia de Jaume Ciurana. Un nombre recurrente en todos los artículos que hemos publicado estas últimas semanas. Se merece, por tanto, un repaso a su trayectoria dada la clara importancia que tuvo para el Priorat y, sobre todo, para la evolución del Priorat estos últimos 30 años. Por esta razón, invitamos a su viuda, M. Dolors Llevadot y sus dos hijos, Blanca y Jaume Ciurana, a que nos hablen de él y de su vida.

Nacido en Barcelona y de madre falsetana (aunque su hijo Jaume, nos comenta que ha podido documentar la familia hasta al s. XVIII en Porrera). Estudió farmacia (como su padre) y enología (en Talans, Francia). Y cuando preguntamos sobre su carrera política, M. Dolors nos dice que él era boy scout (delegado de los Minyons de Muntanya de la Diocesana de Scouts de Barcelona). Y lo dice orgullosa porque eso lo explica todo. Si buscamos cuál es la filosofía de la asociación, el objetivo se mantiene a lo largo del tiempo: educar niños y jóvenes a través del método de escucha y guía para que se conviertan en personas activas, conscientes y comprometidas con la sociedad.

Inició su carrera de enólogo como director técnico de Masia Bach y, pasados unos años, trabajó en Codorniu donde se le encomendó rehabilitar Raimat. Clos Clamor y Clos Abadia, son dos vinos que le deben su nombre (muy ingeniosamente buscó un nombre que no se pudiese traducir, porque él quería poner nombres catalanes – nos comenta su hijo Jaume). Y de allí su salto a las instituciones, propuesto por el Conseller Josep Roig (Conseller de Agricultura i Ramadería en la Generalitat provisional del 1977 al 1980) emprendió la dirección del Institut Català de la Vinya i el Vi y de las estaciones enológicas de Vilafranca y Reus. Allí fue cuando empezó a difundir sus ideas sobre el vino: el hecho de que era necesario cuidar todo el ciclo de producción, cuidando la planta, el proceso de elaboración, el producto final y la comercialización, poniendo especial énfasis en ésta última fase. Picó mucha piedra para hacer entender la importancia de la figura del comercial y del gerente, sobre todo en las cooperativas, con el fin de liberar al payés de esta responsabilidad y profesionalizar esta parte del negocio tan importante. También repetía con insistencia la necesidad de bajar el grado de los vinos, nos comenta la M. Dolors, porque los vinos del Priorat de principios de los 80 eran vinos de 17 y 18 grados. Pero también participó en la modernización de las bodegas, convenciéndoles de que era importante invertir en depósitos de acero inoxidable externos a los edificios (que él descubrió en un viaje a California acompañado por su hija Blanca). Siempre buscando esa calidad del vino que tanto anhelaba y que estaba convencido que se podía conseguir con los medios adecuados.

Su cargo de director también le puso en contacto con el padre Ciurana y con él la posibilidad de crear unos estudios de segundo grado en viticultura y enología y, más adelante, junto con Lluís Arola Ferrer, en la creación de la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili. Con estos dos nuevos estudios dio la oportunidad a muchos de seguir esta especialidad en casa, sin necesidad de irse fuera de Cataluña y, evidentemente, formar nuevos profesionales del mundo del vino que después pudiesen trabajar en casa.

Desde INCAVI, Jaume Ciurana, creó la Muestra de Vinos y Cavas de Cataluña. Un formato de feria completamente innovador que permitía acercar el cliente final al productor y elaborador de vinos. A partir de la primera muestra, en el año 1980, se fueron organizando otras y hasta hoy en día, que es un recurso muy utilizado por todos los pueblos y ciudades en todo tipo de fiesta y celebración.

Pedimos que nos expliquen alguna anécdota que recuerden y, evidentemente, cuesta recordar solo una, ya que fueron muchas que se fueron acumulando en sus idas y venidas de Barcelona al Priorat, visitando bodegas y cooperativas, trabajando para contagiar su buen gusto por el buen vino y sus ganas de hacer las cosas bien hechas. Finalmente, M. Dolors recuerda una carta durísima del Conseller de Sanidad (amigo y compañero de Jaume Ciurana Galceran), porque Jaume siempre decía que era necesario beber vino con moderación, que lo que podía sentar mal eran los licores y destilados. Esta afirmación coincidió con una campaña en los medios muy importante, y sus comentarios no gustaron para nada, y ríe.

Pero él tenía un sueño, hacerse su propia bodega… seguramente lo hubiese conseguido si la vida no se le hubiera terminado demasiado temprano, a los 50 años. Justo entonces, acababa de plantar en Mas Ciurana, la casa de campo de la familia que tenían en las afueras de Falset y que vendieron el año 1991, Chardonnay y Cabernet, dos variedades de fuera que prometían.

Tenemos muchas cosas que agradecer a Jaume Ciurana Galceran, su catalanidad y ganas de ayudar el país, su empuje y determinación, y su entrega al trabajo. Tuvo esta visión sobre Priorat y consiguió alinear a todo el mundo en la misma dirección, nos comenta la familia. Lástima que no llegara a ver su legado y la evolución que ha seguido la comarca.

Gracias M. Dolors, Jaume y Blanca por los recuerdos compartidos.

Os dejamos un fragmento de la entrevista que le hizo Joaquim M Puyal en el programa «Vostè pregunta» del circuito en catalán de TVE (usted pregunta) en 1983

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