ARÁNDANOS EL CIERRÓN

Juan Carlos García Rubio lleva trabajando con los arándanos más de 30 años. Cuando empecé trabajaba por SERIDA (Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario) y en un proyecto sobre el «cultivo y la adaptación del Kiwi y las frutas pequeñas en la cornisa cantábrica» ​​donde se quería incluir un estudio económico real sobre una finca de arándanos de 1 hectárea. Buscaron un agricultor que quisiera participar en el estudio, pero no lo encontraban así que, finalmente, decidió ser él mismo, en una finca de su padre, que era ganadero y ya se jubilaba. Como contrapartida de pasar los datos reales del cultivo de aquella finca, el SERIDA le proporcionó las plantas. En 1989 realizó la plantación y, 10 años después, se publicó el estudio económico que fue presentado en un congreso en Chile.

Evidentemente, desde entonces, las cosas han cambiado mucho: la tecnología, las densidades de plantación, las variedades… Las plantas han ido creciendo y produciendo cada vez más. Nos comenta que en la primera cosecha (el tercer año de plantación) hizo 500 kg. Y que hoy en día esa cantidad deberíamos multiplicar por 6. Pero, también nos dice, divertido: «casi que mejor así porque los 500kg los vendí, pero 1 kg más no la hubiera vendido». El segundo año, fueron 1500 kg. y volvió a vender 500 en fresco, los otros los congeló, guardándolos en casa hasta que apareció una pequeña industria que hacía mermeladas y otros elaborados. En aquellos tiempos nadie conocía los arándanos. Pero él siguió adelante, cada año produciendo más, hasta llegar a 12000 kg. /hectáreas el 10º año, el año que acababan el estudio económico.

A partir de ese momento, instaló el riego, cubrió parte de las fincas con el fin de adelantar la cosecha de algunas variedades y estar más tiempo en el mercado. A finales de los 90, principios del 2000, la venta aumentó considerablemente (aunque sin tener nada que ver con los datos de hoy en día) y siguió creciendo hasta que: «al principio no tienes donde venderlo y luego tienes poca fruta para vender. Es imposible tener la medida justa» nos cuenta.

Pero en cambio, las variedades ya no son las que inicialmente se plantaron. Juan Carlos utilizó el injerto para realizar este cambio. Una tecnología que no se había utilizado nunca en los arándanos porque es un arbusto con mucha rama, al contrario de los frutales u otras especies con los que se suele utilizar, que tienen sólo un tronco principal. Él no quiso renunciar a todos los años que llevaba de cultivo arrancando y plantando nuevas plantas. «No me lo permitía mi religión» nos comenta. Y aunque fue complicado, al final lo consiguió. Económicamente era todo un éxito, ya que evitaba levantar la finca, volver a preparar el suelo, volver a instalar el riego, plantar … la diferencia era muy importante, con el injerto sólo había que cortar las plantas, injertarlas y perder sólo un año de cosecha. Al siguiente, se recuperaban las cantidades de cosecha anteriores al cambio. Los datos recogidos se plasmaron en un estudio que publicó en la web del SERIDA, y que despertó el interés de países como Chile y EU. De hecho, el vivero más grande del mundo, Fall Creek, que tiene su sede en Oregón, se sorprendió tanto de los resultados que quisieron verlo in situ y sorprendidos no podían parar de preguntarse: ¿Cómo es posible que no se nos haya ocurrido esto a nosotros?

Desde entonces, esta tecnología se ha utilizado tanto a nivel de mejora genética como para agilizar el proceso de sacar variedades en el mercado, es el caso de este vivero de los EU, así como en el cambio de variedades, adaptándolas a las necesidades y gustos de los mercados actuales, como es el caso de Chile. De hecho, han invitado a Juan Carlos a presentar su estudio sobre el injerto en las plantas de los arándanos en el XVIII Seminario Internacional Blueberries de Chile 2021.

Arándanos El Cierrón es también vivero, ya que a nivel nacional era una actividad que no existía. Juan Carlos comenzó a ofrecer este servicio a la vez que sus plantaciones iban avanzando. Actualmente, es su hijo, Adrián, quien toma el relevo y dirige el vivero. La actividad ahora no sólo se centra en el cliente comercial, a quien vende una planta pequeña, de precio ajustado. Sino que mira hacia los aficionados, particulares y huertos de pequeños formatos, a través de la venta online, y por los que cultiva plantas más grandes a punto de producir al año siguiente de su compra. Y también ha pedido la certificación ecológica de las plantaciones, que obtendrán el próximo año.

Y la cosa funciona. Y funciona tan bien que deben ampliar y están buscando fincas donde hacerlo. Y otra de las actividades en las que están creciendo mucho es la asesoría. Proyectos de asesoramiento en China, en Azerbaiyán, en España (en otras zonas): «yo que pensaba jubilarme ya, cada vez tengo más trabajo»

Y cuando le preguntamos si el consumo de los arándanos ha cambiado en los últimos tiempos, nos cuenta que a eso del 2000 España estaba en 5 g. de consumo per cápita de arándanos frescos. Hoy en día se pasa de los 200 g. La media de los países Norte europeos está en 250 g. Pero el dato que le llamó más la atención son los datos de los EU. El país que lleva comiendo arándanos toda su vida (ya los indios aprovechaban los arándanos silvestres que había) y lo que domesticó este cultivo hace poco más de un siglo. En el año 2000 estaba en 250 g. per cápita, pero es que hoy en día pasa del kilo. Alemania e Inglaterra también están cerca de estos datos, sobre los 700 g. Y muchos países están creciendo mucho en el consumo de los arándanos. Ninguna fruta en todo el mundo, que sea tan joven y que haya tenido este crecimiento tan rápido «Pero es que es tan bueno para todo, nadie se quiere morir pronto, pues todo el mundo come arándanos» ríe.

Gracias a Juan Carlos García y a Arándanos El Cierrón, por ser tan cercanos, por enseñarnos y por acompañarnos en nuestra aventura de plantar arándanos al Priorat.

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